30 de agosto de 2010

Se fue un grande, hasta siempre Pancho



Por Ian Sosa 
ian.bastardososa@hotmail.com

El ex futbolista argentino Francisco Varallo, último sobreviviente de la final del Mundial de 1930 y uno de los máximos goleadores de la historia de Boca, falleció hoy en La Plata a los cien años de edad.


En la primera edición de la Copa del Mundo, Argentina cayó por 4-2 ante Uruguay en la final disputada en Estadio Centenario el 30 de julio de 1930 y uno de los titulares de esa selección fue “Pancho” Varallo, quien esta madrugada se llevó consigo una parte enorme de la historia del fútbol nacional.

Oriundo de Los Hornos y amigo de Carlos Gardel, Varallo había celebrado su primer siglo de vida el 5 de febrero, día en que volvió a rememorar aquella derrota ante los charrúas: "Recuerdo nítidamente aquella final con Uruguay que me marcó para siempre. Fue un partido durísimo que los uruguayos nos ganaron con prepotencia. Nosotros teníamos un gran equipo, pero algunos jugadores aflojaron en el segundo tiempo y perdimos".

Partícipe en cuatro de los cinco partidos del seleccionado en ese certamen, “Pancho”, quien se lesionó en el encuentro ante Chile y no pudo estar presente en la semifinal frente a Estados Unidos, nunca pudo ocultar su desazón por la caída en el partido decisivo en el Centenario: "Todos me preguntan por ese partido, que yo no debí jugar porque era muy joven, no tenía experiencia. A veces prefiero no recordar lo que pasó en Montevideo. Ganábamos fácilmente por 1-2 y perdimos por 4-2. Yo no podía correr por una lesión en una rodilla. Me da bronca recordar aquello"

El club 12 de octubre de La Plata fue el escenario donde dio sus primeros pasos en el fútbol y, en 1928, lo recibió Gimnasia y Esgrima, institución en la que se convirtió en un baluarte y con la cual se consagró campeón amateur un año después.

Tras integrar el plantel argentino subcampeón, dejó su ciudad natal para jugar en Boca Juniors, club en el que conquistó los campeonatos de 1931, 1934 y 1935, ya en la era profesional, y en el que imprimió su huella goleadora en la historia.

Asimismo, fue el máximo artillero de la liga argentina y de Sudamérica en 1933 con la impresionante marca de 34 goles en igual cantidad de partidos.

El “cañoncito”, como se lo conocía, convirtió 194 goles con la camiseta xeneize y se mantuvo como máximo anotador del club de la Ribera en el profesionalismo hasta 2008, año en que fue superado por otra leyenda, Martín Palermo.

Varallo formó parte de la selección argentina que se alzó con el Campeonato Sudamericano de 1937- actual Copa América- y, tres años más tarde, abandonó la práctica profesional a los 30 años.

La FIFA reconoció su trayectoria en 1994 al otorgarle la Orden del Mérito, distinción que también fue entregada a Pelé, Beckenbauer, Bobby Robson, Gerd Muller y otras grandes figuras. Distinguido como ciudadano ilustre de La Plata, su nombre designa a un tramo de la Avenida 25 de la capital bonaerense.

Ese hombre, del cual la mayoría de los hinchas no pudo disfrutar sus goles y al que invadía la nostalgia al hablar del fútbol de antes, se despidió físicamente hoy pero su apellido estará siempre presente en la galería de las grandes estrellas del fútbol criollo.



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