4 de marzo de 2011

David y Pico: garra, corazón y lágrimas

En el primer día de acción de la primera ronda de la Copa Davis, Argentina obtuvo dos triunfos muy importantes en los duelos de singles frente a Rumania y quedó a un paso de la clasificación. A primera hora, David Nalbandian -con mucho dolor a causa de su hernia inguinal- fue puro corazón y amor por la celeste y blanca para vencer al poco conocido Adrian Ungur, mientras que en segundo turno, Juan Mónaco debió batallar ante el rival más complicado de la serie, Victor Hanescu, para dejar al combinado local cerca de los cuartos de final.

                     Llanto y desahogo para David, tras el cierre del primer punto

Por Matías Orciuoli
maty7_4@hotmail.com

De antemano se sabía que David Nalbandian no se encontraba al cien por ciento de sus posibilidades físicas, aunque igualmente se especulaba con que el cordobés no tendría mayores inconvenientes para cerrar su encuentro ante Adrian Ungur y que las molestias provocadas por su hernia inguinal no le impedirían estar presente el domingo, en caso de que fuera necesario.

El unquillense arrancó el cotejo con suma solidez y mostró un alto nivel de juego que levantó al público presente en el estadio del Parque Roca. Su categoría y experiencia se impuso en el momento clave del primer set ya que, luego de unos primeros games muy disputados, el local –que había dejado escapar tres oportunidades- quebró en el octavo para comenzar a inclinar la balanza a su favor.


Tras pasar algunos sobresaltos con su saque, el argentino selló la primera manga por 6-3 en 48 minutos de partido.

A partir de allí, el campeón de la Copa Masters en 2005 exhibió su mejor repertorio, con disparos desde el fondo de la cancha, algunas subidas a la red y destellos característicos de su calidad que lo posicionaron rápidamente arriba en el segundo parcial.

Desde la ruptura en el tercer game, el héroe que llevara a Argentina a las finales de 2006 y 2008 se asentó definitivamente y dejó sin chances a un rumano que demostraba no estar a la altura de su rival, por lo cual ofrecía pocas respuestas.

La felicidad y tranquilidad de la gente se justificaba en el buen rendimiento sostenido por el abanderado del equipo nacional que, con un nuevo quiebre en el séptimo juego, sentenció el destino del episodio para llevárselo por un contundente 6-2, en apenas 32 minutos. Firmeza y seguridad fueron las claves de Nalbandian que, al parecer, se encontraba cerca de una victoria sencilla.

En el inicio del tercero, ambos tenistas mantuvieron sus saques hasta el tramo final del set, aunque el cordobés volvió a atravesar una situación complicada con su servicio en el sexto game, debido a que tuvo que levantar un 15-40 al igual que le había sucedido durante la manga inicial.

El unquillense no solamente se recuperó con un ace al centro para mantener la paridad, sino que también contó con una chance de quedarse con el servicio del rumano en el noveno game, aunque Ungur aguantó la presión, tanto de su oponente como del público, y estiró la contienda.

Para sorpresa del todo el equipo argentino, el europeo concretó lo inesperado: rompió el saque de Nalbandian en el duodécimo juego y se apropió del tercer parcial, ante un cordobés que quedaba agachado en el centro de la cancha y con claros síntomas de dolor en su ingle.

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A fuerza de voluntad y sacrificio, el anfitrión retomó el duelo ya sin demasiada movilidad, pero con la mentalidad enfocada en adjudicarse el pleito a como dé lugar.

Una rotura en el tercer game del cuarto set le devolvió la serenidad al actual número 19 del ranking ATP que, aún así, buscaba liquidar el partido lo más rápido posible, situación que quedó reflejada en los juegos de saque del rumano, donde el cordobés intentaba acortar los puntos con disparos directos y cercanos a las líneas.

La diferencia de un quiebre fue suficiente para que el unquillense, cansado y dolorido, dejara fuera de competencia a su rival con un 6-4 en el cuarto episodio que le daba una bocanada importante de aire a su compatriota Juan Mónaco para poner la serie 2-0 a favor de Argentina.

Con su triunfo de esta tarde, Nalbandian alcanzó la marca de 21 encuentros ganados y apenas 5 perdidos en la Copa Davis y con el agregado de que, en condición de local, solamente cayó derrotado en una oportunidad (segundo argentino de mejor récord en esta competencia).

Tiempo más tarde, Juan Mónaco salió a la arcilla del Parque Roca con el objetivo de confirmar lo realizado por su compañero en el primer turno, claro que se medía con un adversario de mayor jerarquía como Victor Hanescu.

La tercera mejor raqueta del país tenía por delante un compromiso para nada sencillo, ya que su contrincante había obtenido buenos resultados en los certámenes que había disputado, previos a la primera serie de Copa Davis.

Parejo por donde se lo mire, ambos jugadores mantuvieron su servicio sin pasar grandes sobresaltos y debieron decidir el marcador definitivo en el tiebreak. Allí, el juego y la agresividad de Pico se impusieron desde el comienzo del desempate hasta colocarse 6-3 al frente con su saque.

Sin embargo, el tandilense no supo cerrar la manga por medio de su servicio y nuevamente regresó a la carga en el decimosegundo punto, donde atacó al rumano desde el fondo y se apoderó del set con una excelente ejecución de smash.

Lejos de mantener su buen ritmo, el tenista albiceleste descendió drásticamente en su nivel y permitió que el europeo tome las riendas absolutas del segundo set. Con firmeza en sus diferentes golpes y solidez tanto desde el fondo como en sus subidas a la red, Hanescu cosechó tres quiebres de manera consecutiva y niveló el resultado merced a un categórico 6-1.

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Por aquel momento, la expectativa pasaba por ver si Mónaco revertiría su imagen y continuaría en el camino correcto para darle el segundo punto a Argentina, marcador con el que el país sudamericano culminó cada serie que afrontó como local, desde su regreso al grupo mundial en el 2002.

El tercer parcial volvió a dar un giro inesperado de acuerdo a lo demostrado por cada uno a lo largo de los últimos juegos, debido a que el número 33 del ranking mundial contó con una oportunidad de quiebre en el primer game (no se le presentaba una chance desde el primer game del partido) y no la desaprovechó: uno de los mejores tantos que ofreció el encuentro.

Desde ese instante, el tandilense se hizo dueño de las acciones, acomodó el tramite del cotejo de acuerdo a la velocidad e intensidad que más le convenía y empezó a dejar sin respuestas a su rival.

Los dos quiebres de diferencia en apenas cinco games fueron determinantes para las aspiraciones del rumano, quien igualmente intentó no salirse de su libreto y mantenerse en la pelea del set. Pese al esfuerzo, la garra y capacidad de Pico pudo más y otro quiebre en el cierre le sirvió para tomar ventaja de dos sets a uno.

Cualquier análisis previo al cotejo quedó anulado a partir de los cambios drásticos en el resultado y, asimismo, en cuanto a los importantes vaivenes anímicos que sufrieron ambos jugadores.

Finalmente, el tenista local fue quien consiguió imponer definitivamente su estilo y, con la obtención de tres games al hilo, en los que no perdió siquiera un punto, desconcertó por completo a su oponente que empezó a dar señales de haber bajado los brazos.

La impotencia de Hanescu ante los prolongados peloteos y a las continuas respuestas por parte de Mónaco terminaron de sentenciar un triunfo más que fundamental para la legión argentina, por medio de un nuevo 6-1 en el cuarto episodio.

De esta manera, el combinado nacional –con valor, entrega y hasta lágrimas en el final del encuentro de Nalbandian- cerró la jornada del viernes a un paso de la clasificación hacia los cuartos de final, donde podría verse las caras con República Checa o Kasajistán.

Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank son los elegidos por el capitán argentino, Modesto Vázquez, para salir en busca de una victoria ante Hanescu y Horia Tecau y sellar el pasaje a la siguiente ronda.

Resultados:

David Nalbandian (ARG) v. Adrian Ungur (RUM): 6-3; 6-2; 5-7; 6-4

Juan Mónaco (ARG) v. Victor Hanescu (RUM): 7-6(5); 1-6; 6-1; 6-1

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