Pese a no lucir una de sus mejores actuaciones, Vélez derrotó 2-0 a Huracán y estiró la definición del Apertura hasta el próximo domingo. Tras un primer tiempo de nervios y poca claridad, Jonathan Cristaldo abrió el camino en el inicio del complemento y luego puso cifras definitivas para que los de Liniers mantengan la ilusión de conquistar un nuevo título. Al término del partido, hinchas visitantes se trasladaron a la sede del club para exigir la renuncia de la Comisión Directiva.
Ian.bastardososa@hotmail.com
La imagen de la pierna estirada de Joaquín Larrivey sobre el abdomen de Gastón Monzón y la posterior definición de Maximiliano Moralez que le dio el Clausura 2009 a Vélez todavía estaba fresca en la memoria de todos los hinchas de Huracán, que en Liniers vio frustrados sus sueños de dar la vuelta olímpica tras 36 años de desencantos.
Por esto y más allá de la necesidad de sumar para escaparle al descenso y para cortar una racha de cinco derrotas consecutivas, los dirigidos por Miguel Ángel Brindisi, con Monzón como único sobreviviente del once titular que logró el subcampeonato, jugaban un partido especial y deseaban arruinarle el campeonato a sus otrora verdugos.
Con respecto a la caída ante Tigre, Brindisi dispuso tres variantes: Leonardo Villán ocupó el lugar de Rodrigo Lemos, Gastón Machín reemplazó a Guillermo Roffes y César Montiglio relegó a Luciano Nieto.
Entonado por una resonante goleada en Mendoza ante Godoy Cruz, Vélez llegaba de la mejor manera, pero con la obligación de quedarse con los tres puntos para seguir en carrera. Una rotura fibrilar en la cara posterior del muslo izquierdo marginó a Augusto Fernández, por lo que Gastón Díaz se adelantó unos metros para ubicarse como volante por la derecha, mientras que en la defensa retornó Fabian Cubero.
A sabiendas de la talla del rival que enfrentaba y de las limitaciones propias, el técnico visitante tomó recaudos al presentar dos líneas de cuatro bien marcadas, con Ángel Morales un poco más libre para la creación y con la soledad de Rolando Zárate en el ataque.
Las malas noticias que volaron desde Núñez por el tempranero tanto de Leandro Desábato para Estudiantes colaboraron para que el Fortín se encuentre algo desorientado en los primeros minutos, cuando los visitantes le robaron la pelota y, si bien nunca preocuparon a Marcelo Barovero, dominaron territorialmente las acciones en ese período.
No obstante, la estrategia defensiva de Huracán resultaba un arma de doble filo, pues la última línea de los de Parque Patricios tiraba el achique constantemente con el fin de dejar adelantados a los delanteros locales y eso exigía el máximo de concentración porque un error frente a la velocidad y la potencia de Juan Manuel Martínez y Santiago Silva se puede pagar con un gol en contra.
Desde temprano, Estudiantes resolvía con tranquilidad su compromiso ante River y eso pareció afectar el espíritu de los velezanos, que apenas contaron con un disparo de Silva que despejó Carlos Quintana y con un remate de Moralez que, previo desvío en Villán, pasó cerca del palo derecho de Monzón.
Con nervios, imprecisiones y lejos de desplegar en la cancha el aceitado funcionamiento colectivo que lo depositó en la lucha mano a mano con los de la Plata, el elenco de Ricardo Gareca no pudo quebrar en la primera mitad la resistencia de un rival que sólo se dedicó a cerrar espacios y a destruir en virtud de sus notables dificultades para construir juego y generar situaciones de gol.
Gareca confió y Cristaldo no lo defraudó
Consciente de que un empate anulaba cualquier chance matemática de alcanzar a Estudiantes, el entrenador local apostó por el ingreso de Jonathan Cristaldo y la salida de Cubero, dado que su oponente era inofensivo.
Consciente de que un empate anulaba cualquier chance matemática de alcanzar a Estudiantes, el entrenador local apostó por el ingreso de Jonathan Cristaldo y la salida de Cubero, dado que su oponente era inofensivo.
Con la presión a cuestas y guardando los lujos y las sutilezas para otro momento, Vélez expuso su personalidad y desde el inicio de la segunda mitad, empujó a Huracán cada vez más cerca de su arco. Los atacantes ya no caían en la trampa del achique como en la primera etapa y, a base de actitud y coraje, la apertura del marcador estaba cerca.
La carta de Gareca dio los mayores dividendos, ya que sólo siete minutos se habían disputado cuando Cristaldo se sacó de encima a su marca y se remate entró mansamente al arco tras un desvío en un marcador que descolocó a Monzón.
Una buena bocanada de aire para el escolta, que a partir del primer tanto, controló a su antojo el encuentro frente a un grupo de jugadores que parece difícil que puedan sacarse de encima el fantasma del descenso. Es cierto que presentaron batalla, quizá gracias a que el local se hallaba con un oído en el Monumental, pero en la categoría y experiencia de sus integrantes el conjunto velezano le saca varios cuerpos de ventaja a pesar de que en esta tarde le alcanzó con el oportunismo de Cristaldo y la diferencia de jerarquía individual.
La figura de la cancha le cedió el segundo gol a Silva, pero Facundo Quiroga llegó con lo justo para, sobre la línea, rechazar el toque suave del pelado y evitar una nueva caída de su valla.
En ningún momento corrió peligro la ventaja del anfitrión porque Huracán no supo deshacerse de su postura cautelosa y tampoco tuvo los recursos para transformarse en el protagonista. Un tiro de media distancia de Gastón Machín que salió a un metro del poste de Barovero concluyó la única aproximación con cierto riesgo.
Rodrigo Battaglia, de lo mejor en el visitante, ofrecía salida limpia y criterio en la distribución, sin embargo, el promisorio volante lucía solitario para abastecer a Zárate y a Emiliano Lencina, que sustituyó a Montiglio.
La esperanza de alguna recuperación se terminó de desvanecer a los 38 minutos, cuando llegó el 2-0. Monzón cortó con el brazo afuera del área una acción manifiesta de gol, Néstor Pittana le mostró la tarjeta roja y Villán se calzó el buzo porque ya habían agotado las modificaciones. En ese tiro libre, Victor Zapata buscó colocar el zurdazo contra el palo, el improvisado arquero no contuvo y dio rebote, el cual aprovechó Silva; sin embargo, el travesaño devolvió el intento del uruguayo y Cristaldo no falló: toque suave y partido liquidado.
Vélez hizo lo que debía hacer: ganar para no bajarse del tren del campeonato. En tiempos de definición, el rendimiento no fue el óptimo, las chances de gol no fueron las mismas ni en calidad ni en cantidad y el local tuvo que sudar más de la cuenta para doblegar a un oponente que se sigue hundiendo en la zona de promoción. A esta altura, sumar era la premisa fundamental y los de Liniers hicieron los deberes.
River no lo ayudó aunque la última palabra no fue aún pronunciada, pues Estudiantes deberá visita al siempre incómodo Arsenal. En tanto, el conjunto de Gareca trasladará toda su ilusión a Avellaneda, donde Racing buscará arruinarle la fiesta.
Muy lejos de algún festejo, Parque Patricios es pura preocupación porque Huracán acumula seis traspiés seguidos desde el clásico con San Lorenzo y siete caídas en igual número de cotejos fuera del Ducó. La permanencia es eje central en la agenda de un equipo que, más allá de los números, encuentra sus principales problemas en la anemia ofensiva, la endeblez defensiva y la precocidad con la que varios de sus jugadores son tirados a la cancha para remendar los errores y las falencias dirigenciales e institucionales que viene padeciendo el club desde hace algunos años y que lo condujeron a esta situación.
Babington y Giulano, blanco de reclamos
Esta nueva derrota provocó la reacción de un grupo de hinchas, que furiosos por la mala campaña, fueron a manifestar su enojo a la sede de la Avenida Caseros, donde cortaron la calle, prendieron fuego y repartieron papeles con la fotocopia del DNI del presidente Carlos Babington y su vice, Norberto Giuliano, y la leyenda “BU$CADO$”.
Esta nueva derrota provocó la reacción de un grupo de hinchas, que furiosos por la mala campaña, fueron a manifestar su enojo a la sede de la Avenida Caseros, donde cortaron la calle, prendieron fuego y repartieron papeles con la fotocopia del DNI del presidente Carlos Babington y su vice, Norberto Giuliano, y la leyenda “BU$CADO$”.
Síntesis.
Vélez: Marcelo Barovero; Fabián Cubero, Sebastián Domínguez, Fernando Ortiz e Iván Bella; Gastón Díaz, Leandro Somoza y Víctor Zapata; Maximiliano Moralez; Juan Manuel Martínez y Santiago Silva. DT: Ricardo Gareca.
Huracán: Gastón Monzón; Leonardo Villán, Facundo Quiroga, Carlos Quintana y Diego Rodríguez; Gastón Machín, Rodrigo Battaglia, Darío Soplán y César Montiglio; Angel Morales; Rolando Zárate. DT: Miguel Brindisi.
Goles en el segundo tiempo: 7’ y 38’ Jonathan Cristaldo (V)
Cambios en el segundo tiempo: Al comienzo, Jonathan Cristaldo por Cubero (V), 5’ Julian Bottaro por Angel Morales (H). 11’ Rodrigo Lemos por Rodríguez (H), 21’ Emiliano Lencina por Montiglio (H), 30’ Héctor Canteros por M. Moralez (V), 42’ Ricardo Álvarez por Silva (V),
Amonestados: Martínez (V), Canteros (V), Quiroga (H), Montiglio (H)
Incidencia: A los 35’ ST fue expulsado Gastón Monzón (H)
Arbitro: Néstor Pitana.
Cancha: Vélez Sarsfield.
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