16 de marzo de 2011

Rompió el maleficio

Después de siete años en los que no pudo superar la ronda de octavos de final, Real Madrid finalmente pudo quebrar la racha negativa al golear por 3 a 0 al Lyon y se metió entre los ocho mejores de la UEFA Champions League. Los goles del Merengue estuvieron a cargo de Marcelo, Karim Benzema y el argentino Ángel Di María. Además, el Chelsea igualó sin goles como local frente al Copenhague, pero también clasificó a la siguiente instancia.

                Di María celebra su gol. El Real volvió a estar entre los 8 mejores

Por Matías Orciuoli
maty7_4@hotmail.com

Uno de los objetivos principales con los que arribaba José Mourinho al Real Madrid era cortar la sequía adversa de no poder alcanzar los cuartos de final, situación que el conjunto de la capital española padecía desde hacía siete años.

Tras el buen resultado obtenido en el Stade de Gerland, estadio en el cual el Merengue no había siquiera podido marcar un tanto, el sueño de la tan ansiada clasificación estaba a la vuelta de la esquina y la posibilidad de definir la serie en calidad de local alimentaba las expectativas de Cristiano Ronaldo y compañía, aunque tenían un duro compromiso por delante


Por su parte, Lyon llegaba a este cotejo a sabiendas de que debía conseguir una victoria, pero con la ilusión de poder repetir las hazañas previas frente a los ibéricos. Los argentinos Lisandro López y César Delgado fueron de la partida en la delantera del elenco francés.

Sin embargo, el equipo de la Casa Blanca salió desde el inicio del juego con la idea clara de no dejar que su rival se hiciera dueño de la pelota y buscar continuamente la valla defendida por Hugo Lloris, a fin de no pasar mayores sobresaltos ni sufrir alguna sorpresa que comprometiera su pasaje a la siguiente ronda.

A partir del manejo del alemán Mesut Özil en la mitad de la cancha y la potencia ofensiva de Cristiano Ronaldo –recién recuperado de su lesión-, Ángel Di María y la cuota goleadora de Karim Benzema, el Real Madrid comenzó a arrinconar a la visita cerca de su propio arco, aunque sin conseguir la apertura del marcador.

Finalmente, sobre los 37 minutos de la primera mitad, el brasilero Marcelo –tras la asistencia del astro portugués- desató el grito eufórico de todo el público que colmó el Santiago Bernabeu. De esta manera, los locales se imponían al oponente que nunca antes habían podido vencer en la competición europea de mayor importancia y empezaban a detectar la luz al final del túnel.

La tranquilidad reinaba en el cuadro español, ya que el Lyon no conseguía apoderarse del balón y, por ende, se mantenía demasiado alejado de un Iker Casillas que hasta el momento era un espectador de lujo.

Al carecer de ocasiones netas de gol, el técnico Claude Puel decidió enviar al terreno de juego al goleador Bafetimbi Gomis previo al inicio del complemento, para intentar encontrar algún resquicio en la defensa contraria que les posibilitara estirar la contienda hasta el tiempo suplementario.

Aún así, los franceses no lograban generar jugadas de riesgo y se veían cada vez más acorralados por un Real Madrid que, no conforme con la mínima diferencia, iba en busca del segundo para sentenciar la historia del partido.

Gracias a un quite oportuno de Marcelo -una de las figuras del encuentro- en su propio campo y al grosero error compartido en defensa por Cris y Dejan Lovren, Karim Benzema se marchó en soledad y, con una sutil definición por debajo de la salida de Lloris, decretó el 2 a 0 para que Mourinho y sus dirigidos acariciaran la clasificación.

El conjunto visitante se derrumbó anímicamente y el Merengue aprovechó, en los pies de Ángel Di María, para darle cifras definitivas a la goleada: el argentino recibió la pelota en el área, se tomó su tiempo y antes que el arquero llegara a tapar su remate, definió con suma calidad por encima de su cuerpo.

Los minutos pasaron y el esperado triunfo se volvió un hecho. Real Madrid aplastó a un Lyon que en ningún momento pudo brindar respuestas para revertir el resultado y que se despidió cabizbajo de la competencia, mientras que Mourinho cumplió el primer objetivo de quebrar el maleficio e instalarse, luego de siete años, en los cuartos de final.
                                         Chelsea clasificó sin sobresaltos

Por otra parte, en Londres, Chelsea defendía la ventaja obtenida en Dinamarca frente a uno de los equipos más debiles de la fase eliminatoria como el Copenhague.

La brillante actuación de Nicolás Anelka, autor de los dos goles del conjunto inglés, dejó una sensación de tranquilidad que se trasladó esta tarde a Stamford Bridge, donde los locales fueron más que su rival, pero se dedicaron a sostener la diferencia del encuentro de ida.

Entre las opciones más importantes del juego, el nigeriano John Obi Mikel estrelló un cabezazo en el travesaño, mientras que la dupla ofensiva de Didier Drogba y Anelka generó otras dos oportunidades que cerca estuvieron de decorar el marcador global.

El conjunto danés se mostró demasiado inofensivo y modesto como para poner en aprietos a los londinenses que, con el escueto empate a cero, se convirtieron en los últimos en sacar boleto para la siguiente instancia de la Champions League.

Así, los cuartos de final quedaron conformados por tres equipos ingleses (Manchester United, Chelsea y Tottenham), los dos más grandes de España (Barcelona y Real Madrid), el campeón defensor del certamen y las sorpresivas apariciones del Schalke 04 de Alemania y el Shakhtar Donetsk de Ucrania.

El sorteo para determinar los cruces se llevará a cabo el próximo viernes, para el cual muchos especulan y sueñan con que pueda darse un duelo entre madrileños y catalanes que determinaría que ambos elencos se enfrenten cuatro veces en el mes de abril (el 17 por la Liga Española y el 20 por la final de la Copa del Rey).

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